Inicio y consolidación de la lengua vernácula en la cancillería castellana
Université de Séville
El objetivo de esta comunicación es determinar el proceso de introducción de la lengua romance en la cancillería real castellana a través del análisis de sus documentos. Desde el s. XII, se observan palabras, en especial alusivas a topónimos, con un fuerte carácter romanceado y los especialistas en Historia de la Lengua castellana retrotraen aún mas sus inicios. Cronológicamente, el paulatino abandono del latín por párrafos o fórmulas completas en vulgar se va a producir a lo largo de la primera mitad del s. XIII, coincidiendo con los últimos años del largo reinado de Alfonso VIII (1158-1214) y a lo largo de todo el reinado de Fernando III (1217-1252), primero rey de Castilla y desde 1230 también rey de León. El triunfo definitivo del castellano en la documentación real, y no sólo en ésta, se dio a raíz de la subida al trono de Alfonso X (1252-1284), quien hizo uso de esta lengua en su significativa y variada producción libraria. Desde la segunda mitad del s. XIII, la disociación entre lengua hablada y lengua escrita desaparece, ya que el latín quedó reservado para el ámbito de la Iglesia, aunque no siempre ni exclusivamente, pues el predominio del castellano fue una realidad incontestable.
L’objectif de la communication est de scruter le processus d’introduction de la langue romane à la chancellerie royale castillane en analysant ses productions. Depuis le XIIe siècle, apparaissent des mots, spécialement ceux qui se rapportent aux toponymes, présentant de forts traits romans, et les spécialistes de l’histoire de la langue castillane repoussent toujours davantage les origines de celle-ci. Le progressif abandon du latin pour des portions entières d’actes ou pour des formules complètement exprimées en langue vulgaire s’observe au fil de la première moitié du XIIIe siècle, durant la fin du long règne d’Alphonse VIII (1158-1214) et celui de Ferdinand III (1217-1252, roi de León depuis 1230). Le triomphe définitif du castillan dans les actes royaux (et pas seulement royaux) est assuré à compter de l’accession au pouvoir d’Alphonse X (1252-1284), qui a aussi utilisé la langue vulgaire dans une production littéraire importante et variée. À compter de la seconde moitié du XIIIe siècle, la dissociation entre langue parlée et langue écrite disparaît : le latin réservé aux milieux ecclésiastiques, encore que sans exclusive, la domination du castillan se réalise de façon incontestable.